Mientras permanecí en las sombras,
fortalecí mi espíritu, transfigurado en luchador.
Entonces recibí tu llamado castigo,
acepté el precio de mi liberación,
fue uno de los días más preciosos,
fue un renacimiento pleno y mi valoración.
La luz que vino a mi fue mutando en energía,
recibi positividad, optimismo, bienvenida.
Así, me dispuse a disfrutar de la paz,
de la arboleda, de la naturaleza real,
mientras pensaba y esperaba alguna señal.
De a poco me fui acercando
a una dulce revancha,
trabajando sin parar,
entonces por tu llamado castigo
un día comenzaste a saldar.
Karma,
energía trascendental.
Karma,
derivado de tu maldad.
Karma,
por tus actos, tus palabras.
Karma,
por tu injusticia e inhumanidad.
Karma,
por tus pensamientos y crueldad.
Karma,
en sánscrito,
Karma,
por budistas, hinduistas, jainistas, y
por los practicantes de lo espiritual...
Karma,
por la física, por una ley sin igual:
Para cada acción habrá una reacción de fuerza
que en la dirección opuesta actuará.
Karma,
que te recuerda que por cada acción
habrá una reacción de la que no escaparas.
Si actúas con maldad y saña,
hagas lo que hagas,
tarde o temprano pagarás.
("Karma" fue seleccionado en la RED ELE "Entre Lectores & Escritores", y ha sido publicado en el Libro de antologías de poesía libre "Poesías Dispersas", pág. 11. de Editorial Dunken, 2020)
No hay comentarios:
Publicar un comentario