El Ingrato
Existen la persona agradecida y existe el ingrato. Éste último siempre se queda a un lado esperando. Vive rezongando. Reproduce queja tras queja. Vive disconforme. Es impaciente. Reclama y reclama. Su impaciencia es desmedida. Observa. Es muy oportunista. Si hay para agarrar muestra sus uñas, pero si hay que poner no tiene. Si se le paga está. Si se le reclama se enoja. Cuando colabora cree que merece un monumento y que se le debe honor y gloria. Es arrogante. Vive enojado. Expresa resentimiento constante. Al ingrato siempre hay que darle comprensión por sus dolencias, afecciones, circunstancias, pesares, problemas, rocas en la espalda y piedras en su camino pero aún así siempre parece desconsiderado. No valora lo que se hace por el. No valora el tiempo que los demás ponen en acciones que terminarán siendo ayuda para todos. Se sigue enojando cuando le decís la verdad. Es callado, allí en su rincón, pero cuando tiene que sacar su veneno es el primero en hablar.
La persona agradecida hace muchas cosas de corazón y con expectativas de buena cosecha. Ésta recibe los frutos de su esfuerzo porque trabaja por esos frutos. Le llegan de sorpresa. Pero el ingrato hace una sola cosa y cree se le debe el oro, el morro, el cielo. Exagera como si es un esclavo. El ingrato no duda es decir "no puedo", "no estoy ","no quiero", pero es el primero en enojarse.
Mi conciencia está limpia e intacta. Soy de los que luchamos y esperamos con optimismo los frutos de tanto esfuerzo colectivo. Nos apoyamos y contamos el uno con el otro.
Para mi pesar conocí, conozco y conoceré muchos ingratos... y no tengo rencores.
Pero afortunadamente hay mucha gente agradecida, que lucha y que acompaña.
Para mi fortuna hay gente con la que cuento y que conmigo pueden contar.
Leonel Alvarez Escobar ® 2019. Serie "Exorcismo".
Mejor sacar todo para afuera.
¡Buena vida luchadores...!
No hay comentarios:
Publicar un comentario