RESEÑA
LITERARIA DE LEONEL ALVAREZ ESCOBAR
#LeónOnBlog
- Capítulo 16
OBRA:
CUENTOS EN TRÍPTICOS
Cuento.
Autor Santafesino Ricardo Ríos Ortíz. Edición del autor, Santa Fe,
1997. 123 páginas en un formato de 20x14 cm. Literatura Argentina.
Cuentos © Ricardo Ríos Ortíz, 1992. Todos los derechos reservados
Ley 11.723. Edición de Talleres Gráficos de Imprenta Lux S.R.L
Santa Fe, Argentina, Diciembre, 1997.-
Sobre el autor:
Nacido
en Santa Fe, donde reside actualmente. Ha desarrollado actividades
jurídicas, literarias y artísticas, miembro de Número de la Junta
Provincial de Estudios Históricos de Santa Fe y Presidente de la
Asociación Sanmartiniana. Ha sido Fiscal, Juez y miembro de Cámaras
de Apelaciones Laborales y Penales en las provincias de Chaco y Santa
Fe. Publicó veintiún (21) libros, uno compartido y cinco (5) de
ellos premiados.
Figura
en diversas antologías del país y de España; Sus obras y
colaboraciones aparecen en periódicos y revistas; ha pronunciado
numerosas conferencias de variada temática; Ha presidido y ha sido
miembro de Comisiones Directivas de Instituciones Culturales; Fue presidente de Artístas Plásticos del Chaco y vocal primero en la
Ciudad de Santa Fe, Argentina; Ha expuesto sus obras en Chaco,
Córdoba y Santa Fe, pintado al óleo y con espátula. Ha tallado en
madera y práctica minies-cultura en base a fundición de plomo. Ha
sido jurado en numerosos concursos literarios.
Entre
otros, obtuvo 28 premios literarios, dos en España, uno en Autria,
el “1r Premio Nacional Región Litoral (1969/71; Premio “Hucha de
Plata“ (Madrid, 1974); Premio XICOALT (1996, Salzburg, Austria);
Seleccionado por la Editorial Prometeo (Valencia, España) como “uno
de los escritores más representativos” de Argentina, para su
antología “Cuentos y Narraciones de Hispanoamérica” (1969),
junto a Borge, Levinson, Fernández Moreno, Mujica Lainez; M. Bosco y
Maria de Villarino.
Sinopsis
(a cargo del Blog):
La
obra “Cuentos en Trípticos” (Edición 1997), contiene un libro
Premiado en un concurso realizado por la Municipalidad de la Ciudad
de Santa Fe (Santa Fe) en 1982 y una serie de cuentos incorporados
como inéditos. Se nos presenta una compilación orgánica por ejes.
Los textos estarán atravesados por temáticas y géneros muy
diferentes. Puede encontrarse ficción realista, género fantástico,
encontraremos lo místico y lo filosófico, lo humanista y lo
metafísico. Relatos o cuentos breves. Algunos de éstos
estructurados en capítulos como suele notarse en la escritura propia
del autor. Inevitable olvidar de mencionar que hay para todos los
gustos. Los lectores serán atrapados por diferentes tramas en cuyos
desenlaces o finales los tomará por sorpresa incluso la ironía o el
humor característico en el talentoso escritor Ríos Ortíz.
LA OBRA:
En
primer lugar se me vuelve imposible no detenerme, como en otras
ocasiones, a dedicarle un apartado a los recursos del autor, a su
impronta. Es algo que me place leer en las reseñas y he mencionado
en otras reseñas. Ríos Ortíz, posee gran versatilidad para
incorporar diferentes lenguajes. No solo incorpora pluralidad de
voces sino modismos, gentilicios, lunfardo propio, todo dependiendo
de las circunstancias. Se puede encontrar un vocabulario culto,
académico, pero también coloquial, esto hace una lectura con
fonéticas características, pintorescas, considerando que uno al leer también mentalmente y a veces en voz alta le pone sonido a las
construcciones sintácticas. Ésto, último, lo hace más que rico,
no todos los autores tenemos esa predisposición a oscilar en este
tipo de cambios, personalmente me place leerlo más no utilizarlo
demasiado, pero estamos hablando de la obra de Ricardo, y destaco que
lo hace con gran acierto, llega el mensaje e incluso los colores de
esa pluralidad de voces.
Palabras
Preliminares (fragmento a cargo del Autor)
“Eres
tú el lector, yo quien escribe. Pero tú y yo somos extremos de un
mismo hilo. En el medio están los hechos, las imaginerías, las
críticas, las veladas realidades, las ironías, las vivencias
paradojales, todo aquello que me ha permitido traer (…) estas
páginas (…). Para contarte lo que sigue, he visto, he oído, he
meditado y hasta he disfrazado situaciones reales. Con ellas te dejo,
lector. El sendero es tuyo.”
Sigamos,
nos presenta una serie deliciosa de dieciocho cuentos estructurados en seis (6)
ejes denominados Trípticos. Cada uno de éstos últimos contiene
tres (3) cuentos. Interesante clasificación:
-
Trípticos para policías
-
Trípticos para un juez del Chaco
-
Tríptico para metafísicos
-
Tríptico para pobres de espíritu
-
Tríptico para sentimentales
-
Tríptico para peluqueros (serie incorporada a la ediciónde 1992)
Si
tengo que destacar algunos contenidos o elementos de este libro lo
estructuraré también en seis partes, según el autor nos presentó
los cuentos:
-
Para policías: serie de hechos que están asociados al universo que
se enuncia (hechos policiales valga redundar para evitar
confusiones), y podremos ver la destreza que ha adquirido Ríos
Ortíz, y como utiliza su haber, su bagaje considerando que ha vivido
de cerca estas historias (o mejor dicha las que han inspirado estos
relatos) para recrear particulares narrativas en las que la jerga
incluso queda de manifiesto, pero hay una cota de ironía que lo
dejan a uno con esa sensación de condescendencia ante lo tragicómico
de las vicisitudes de los personajes.
-
Para un juez del Chaco: en este punto me gustaría que la teoría
literaria me explique como separar la biografía del autor, con
semejantes ficciones realistas y el bagaje del propio Ortíz. No
podemos asegurar la veracidad de los hechos pero si su total fuente
de inspiración (como el mismo autor ha reconocido en cientos de
presentaciones) en su labor jurídica en el Chaco. Las historias son
llevaderas, no sorprendentes, pero si es característico el estilo
propio y por supuesto los giros que nos propone en la experiencia de
lectura.
-
Para metafísicos: me encanta el aspecto fantástico en las
historias de Ríos Ortíz, me generan fascinación, las atmosferas, adjetivación y los universos propuestos, complejos, a veces simples.
La experiencia te lleva a diversas sensaciones y apreciaciones. Nos
recibe con “Flirt metafísico” y vaya que es soberbiamente
logrado este cuento, me encanta lo rico en el aspecto narrativo,
vocabulario, atmósfera, lo intrigante, lo ensoñador y lo
inquietante. Por supuesto mi apartado más valorado puesto que me
seducen las cuestiones del ser, lo existencialista en mezcla con lo
metafísico.-
“El
ser, casi un espectro, surgió de pronto desde el fondo del espacio.
Desde un sin tiempos ni distancias. Pura energía sin voz ni
dimensiones. (...)El
hombre comenzó a sentirse así con extrañeza. Todo un deso de
aislarse, de extenderse mansamente sobre la arena blanda o en las
oscuridad de su aposento. De cerrar los ojos. De sumirse en esa
espuma luminosa que le hormigueaba los sentidos. De recorrer sin
pensamientos las pequeñas sombras, las irregularidades del
cielorraso, dejándose llevar a todo un paraíso de singulares ensoñaciones. Concisas unas veces, llenas de estremecedoras
sensualidades. Imprecisas, otras, con sensaciones puras sin asidero
físico”
(fragmento de “Flirt metafísico”, pág. 59)
Pero
“¡Que sea solo un niño!” me encantó, que fantástica puesta
sobre la mesa de las posturas mas ortodoxas de la iglesia, que
original historia. Me pareció muy pertinente el final,, que
oportuno para desdramatizar semejante historia controversial, o todo
lo contrario para cerrar con mayor drama. El tono humorístico o no
del final considero que dependerá de cada uno y del momento en el
que lo lea.
-
Para pobres de espíritu: me encantó, que magistral “¿Que
hubieran hecho ustedes en mi caso?” una historia que nos recuerda a
otros libros del autor, esas historias de amoríos prohibidos,
historias de pasiones... aunque buena historia la secunda “Yo
nunca ofendí a nadie”, creo que pone en jaque la posible confesión
de cada uno ante semejantes circunstancias (aceptar un regalo no
deseado de un amigo artista... ¡vaya dilema!), y cierra el tríptico
“Renuncia con flores” que simplemente posee una resolución que
es inesperada, tal vez irreal, pero llegas al punto de la condescendencia para con el pobre personaje, seguramente porque la
narrativa te permite ir viviendo la tensión en un nivel que se
acrecienta cada vez más.
-
Para sentimentales: deja en evidencia la capacidad creadoras del
autor en tramas muy bien elaboradas y narradas, con cada elemento,
cada descripción, cada detalle minucioso y con remates que aplaudo.
De hecho creía que, teniendo en cuenta lo sensible que soy, por
demás, iba a terminar llorando, pero Ríos Ortíz de manera
magistral me sorprendió e incluso puedo sin temor reconocer que en
uno de los tres cuentos de este apartado, pasé de la ternura a la
conmoción y de esta ¡a las carcajadas! ¡Genio total!
Puntaje
extra: en este apartado voy a ubicar la decisión acertada del autor
para editar esta obra con un “Tríptico” más: para los
peluqueros, que prejuzgué que serían historias para mesas de espera
en una peluquería, pero no, historias un poco oscuras o
perturbadoras nos reciben y nos llevan hacia el final del libro con
uno de los cuentos más especiales y que resume el espíritu de lo
tragicómico que he mencionado antes y se presenta a lo largo del
libro. Tal vez Ricardo Ríos Ortíz pretende la desdramatización
desde el primer cuento (“Y de importancia... ¿Hay algo?”) al
último (“¡Por un pelo!”), si ese ha sido uno de los cometidos
pues considero que más que bien logrado.
“-
Cuando teníamos cuerpoy los sentidos localizaban nuestras
sensaciones, cuando aún cabían el temor y la esperanza, cuando la
palabra fé tenía significado, todavía tenía razón el
sufrimiento. Ese bregar por la no-ausencia, dentro de la
incertidumbre. Todo estaba construído en torno a la materia y a la
consecuencia. Tu y yo y el amor teníamos aristas y medidas. Un
conjunto sin residuos, tan minuciosamente tardo en recorrerse y tan
momentáneo ahora. Tan insustancial ahora, que podemos abarcarlo a
gusto. Reeditamos sus estapas con desgloses. Trepar por ellas en
cualquier sentido Por siempre y para siempre. Sabiendo que ya no
quedan valles entre ambos. Y sólo un salto más.” (fragmento de
“Evolución”, pág. 59)
Felicito
a su autor.
Puntuación-Estrellas:
4.0/5
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