domingo, 20 de noviembre de 2016

Reseña "Impulsos Vitales"

RESEÑA LITERARIA DE LEONEL ALVAREZ ESCOBAR


#LeónOnBlog - Capítulo 15

OBRA: IMPULSOS VITALES

Narrativa. Adelina Alarcón. 1a. Edición, Ciudad : Dunken, © 2014. 88 páginas en un formato de 16x23 cm. Registro ISBN 978-987-33-8005-1. 1ª de. Santa Fe. 1. Narrativa Argentina. 2. Cuentos I. Título. CDD A860.



Sinopsis :

Expresión de una realidad traumáticamente humana, que generalmente no se “cuenta”ni se describe, se mantine como inexistente.
Revolver entre lo peor del ser humano. Las descripciones incomodan, duelan. El lector recibe un golpe en sus sentimientos al descubriré en las más oscuras situaciones.
Los escritos obligan al lector a participar de una cultura pocas veces expuesta con la crudeza que lo hace Adelina. Expresarlo en términos literarios y lograrlo, es un desafío que define la toma de decisiones que muestra la valentía del autor.


Sobre la Autora:

Nació y reside en Santa Fe. Desde el año 2010 forma parte del grupo literario “La Puerta Verde”. En 2013 publica, junto a sus compañeros, la antología homónima. Participa activamente de encuentros literarios. Sus trabajos fueron publicados por la página literaria “El Sueño del Duende” y en las antologías “El Sol y la Luna” y, así también, en diarios de la Provincia.


LA OBRA
Con un corpus de dieciocho (18) cuentos y relatos, Adelina Alarcón, su autora, nos presenta “Impulsos Vitales”,y pecando absolutamente de cargar con una gran sensibilidad debo reconocer que en la mayoría de estos textos el impacto me recorrió las fibras, incluso en problemáticas muy lejanas a mi realidad.
Narrativa con precisión, con diversos lenguajes, incluso coloquial, describiendo situaciones y creando atmósferas que te atrapan y te llevan a vivir la trama desde muy cerca.


Así nos recibe el libro:

Unos días atrás comenzó a sentir las señales, imperceptibles, sutiles. Todo en su ser le susurraba que había llegado el momento. En el firmamento del zodiaco el destino ya había marcado su signo. Y él lo sabía. Era inexorable. Su mundo se alteraba con el paso de las horas. Sintió miedo. Una angustia terrible se apoderó de él. Percibía las caricias como ecos acuosos en su universo ambarino. Gradualmente, el cenit de su cielo cambió de posición. Un impulso atávico, un fuerza que era, y no era él lo impulsaba a dejar el valle cálido donde se alojaba. Abanicos sonoros en la penumbra lo rodeaban y lograba percibir vibraciones de una excitación y nerviosismo que provenían del exterior. Todo estaba alterado. Era el fin de su mundo tal como lo conocía. (…)” (Fragmento de “Inexorable” pág. 7.)

Un vocabulario rico, a veces soberbiamente necesario, a veces sencillo, rudo, directo, sin medias tintas como acción del bisturí en la carne. A veces técnicamente metafórico, a veces claro y directo. He aquí un intenso fragmento que me movilizó y que resume esto que digo...

Abrió los ojos. La luz se filtraba por una hendija de la celosía. Miles de partículas suspendidas en el aire brillaban como galaxias diminutas deslizándose por ese haz de luz, formando una delgadísima y brillante cortina. Una leve corriente de aire alteró la armonía de ese pequeño universo. Seguía boca a bajo en la cama (…) Creo que ya van siete años que trabajo en una plaza de Santa Cruz, ¡Puta, cómo pasa el tiempo! Si parece ayer cuando dejé a la bebé con mi vieja. ¡Que hija de puta, mi vieja! Al principio cuando quedé preñada hizo un escándalo, me quería matar..., al Dani también. ¿Qué se creía? Era mi vida. ¡Como si ella fuera una santa! ¡Que la parió! ¡Estaba presa por vender falopa y me quería mandar a hacer un aborto! Después, no me habló por un tiempo.

Sus hermanos se creían los moralistas del barrio. Con anacrónico discurso, entre delincuentes de poca monta como ellos, reclamaban por su hermana preñada. Urdían planes de venganza que nadie llevaría a cabo; porque ninguno era tan bravo como querían hacer creer a los otros. ¡Ah, pero cuando necesitaron plata... Ahí, sí, se olvidaron de todo y entonces sí, ¡Chiquita, a poner el culo!

Por ese entonces el Dani, me mandaba a “laburar” en las calles. Sí, fui. Hice “la calle” para que el Dani viera cuánto lo quería y dejara de fajarme.
En estos años, había visto a su hija tres o cuatro veces; no se acordaba bien. Hoy, su mente está confundida. No recuerda qué día es. ¡Y este dolor de mierda que no se me va! Agudizó el oído porque escuchó voces que provenían del exterior. Miró, pero no distinguió en que cuarto se encontraba. Sólo el haz de luz de sol que entraba por la hendija y esas galaxias la mantenían despierta; de a ratos; podía olvidar el dolor. (…) ” (Fragmento de “Margarita” pág. 25.)

Primero el prólogo. Luego una lectura dedicada. Luego la expectativa cubierta, superada incluso por algunos relatos muy sexuales.
Momentáneamente dejaba lejos crudas realidades de suburbios o villas de alguna ciudad, para permitirme una experiencia de lectura en donde la creatividad y la destreza de la escritora nos atrapan y nos anclan a situaciones sensuales o incluso perturbantes... incluso me llevó a pensar ¿espectros o neurosis? Un condimento son estos textos con contenido fantástico, metafísico.

También debo recomendar la obra, porque la maestría, la capacidad creadora de Adelina, nos puede llevar a humanizar historias, a sensibilizarnos ante diversos acontecimientos, y también descubrir visos filosóficos en las líneas que nos acercan a nuestras propias verdades y manera de ser o ver la vida.

Un libro como otros, que no tiene la verdad, solo pone de manifiesto hechos reales o ficticios que nos abren la mente, nos sacuden un instante, nos emocionan y nos ponen en jaque las propias convicciones, nos generan hastío, rechazo o nos sensibilizan, es muy subjetivo poder valorar que te deja el libro en cuanto a cuestiones emocionales internas, hablo desde mi experiencia, y claro que volvería a leer "Impulsos vitales", que de lectura rápida pero intensa. espero pronto tener en mi biblioteca más obras de esa escritora santafesina que tengo la fortuna de contarla entre amistades que desde ya admiro mucho. 

Estaba sentada en una habitación extrañamente lechosa. Todo le parecía desconocido, pero, al fijarse bien, la reconoció. El sol intentaba, infructuosamente atravesar esa niebla para tocar su alma. Una inquietud tremenda estaba llenando el ambiente. Angustia honda. Quiso levantarse, pero algo le impedía moverse. Su cuerpo no le obedecía. ¿Cómo es levantarse? Miró la pared, extendió su mano, y con horror notó que era de agua, un agua espesa, que se iba tornando lentamente de un color amarillento fétido. Dirigió la mirada hacia el lugar donde provenían voces que le resultaron familiares. ¿Familiares? Con esfuerzo tremendo logró levantarse y dar unns pasos, uno... dos... tres... Llegó hasta la puerta, intentó abrirla... El picaporte le quemó la mano y comenzó a chorrear como cera de vela al derretirse. Lo soltó. Una humedad doliento comenzó a llenar sus ojos. Soledad pegajoza. Dirigió su mirada hacia la ventana, la cortina se movió suavemente, a través del voile pudo entrever a un hombre que, desnudo, se paseaba por afuera y la incitaba a un sexo apurado. El viento entró, peinándola, con gestos de amante. Más allà un perro negro, con ojos de lava, perseguía a la niña que fue. Lentamente se acercó a la pared y comprobó que las imágenes de los cuadros cobraban vida: (...)” (Fragmento de “Blanco oscuro” pág. 45.)



Un libro signado por la creaturidad, pero que del vamos -su prólogo- no la "caretea" e incomoda intensamente con temas (o maneras de comunicarlos), que la autora ha elegido para trascender. Cuando agota la extinción de la diplomacia, abre el abanico en donde se despliega un talentoso arte de la escritura, sin más condimenta el libro con tantos otros relatos atrevidos pero contados con ingenio.
Puntaje extra: No puedo dejar de lado el tema que me encanta el género fantástico, y por eso le doy un bonus a este libro que celebra la vida, la resistencia humana, la fortaleza del espíritu, la resiliencia. Una obra literaria que nos puede impactar cosiendo en la piel retazos de historias, algunas que en un punto nos será inevitable vivenciar, como el paso del tiempo, envejecer y en el peor de los casos, como arroyo en tiempos de sequía, simplemente desaparecer...

Felicito a la autora.

Puntuación-Estrellas: 4.0/5


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